Entrevistamos al escritor tucumano Daniel Posse y nos anticipó un poema y un cuento de sus nuevos libros próximos a editarse
Daniel Posse es Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad de Quilmes, ejerció el periodismo y actualmente es docente. Posee un Canal de YouTube llamado DEP COMUNICACIÓN.
Nació en Aguilares – Provincia de Tucumán – y a lo largo de su carrera literaria recibió diferentes premios en Cuba, Buenos Aires y otras ciudades de Argentina. Publicó un libro de Relatos llamado «De Sueños y Azar» que lleva más de treinta mil ejemplares vendidos. Recorrió casi toda Argentina presentando su obra, como así también estuvo en La Paz, Bolivia. Estuvo cuatro veces en La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
En el 2022 la ciudad de San Miguel de Tucumán, lo declaró» Ciudadano Ilustre de La Cultura». En este momento está preparando un nuevo libro llamado “Textos Enajenados” de relatos y, un libro de poemas llamado “Las Ciénagas” que serán publicados en los próximos meses. En el año 2021 con el texto «Circunstancia» fue seleccionado para una antología en Valencia, España. En el año 2022 ganó el primer premio en la Categoría Internacional “Cuéntale tu Cuento a la Nota Latina” en Miami – Estados Unidos – integrando la Antología » Cuentos que Suman» publicada este año en ese país para el mercado hispano con el texto de su cuento Alquimia.
Daniel Posse dialogó con El Reducto Cultural sobre su infancia, sus abuelas, sus escritos, mitos y el futuro, entre otras cosas. Les compartimos la entrevista:
– ¿Cómo nació tu vocación de escritor?
Mi vocación como escritor, creo que puedo decir que nació de una necesidad intrínseca desde que empecé a hablar y luego de hablar cuando aprendí a escribir. Usé obviamente ese otro canal para expresarme. Claro que primero fui una suerte de retransmisor de las historias que escuchaba, observaba e incluso las que comenzaban a germinar de forma inicial en mí. Claro que también tiene mucho que ver que era un consumidor de literatura, gracias a las bibliotecas de mis abuelas.
Pero creo que aún antes de saber leer, miraba obsesionado los lomos de las Bibliotecas de mis abuelas, con sus lomos brillantes y quería descifrar esos libros, esos signos. Cuando lo logré, quise ser parte de ellos. Creo que desde siempre quise ser escritor, aún antes de ser consciente de eso. Siempre recuerdo que cuando era niño y me preguntaban que quería ser cuando sea grande, yo respondía que escritor y todos se reían.
– ¿Qué recuerdos tenés de tu infancia natal en Aguilares?
Mis recuerdos de mi infancia en Aguilares son diversos y a veces extremos. Por un lado los olores, los afectos, los juegos en el verano hasta la madrugada en la calle. Ir al río Medina a bañarnos, a pescar con mi Abuelo Antonio Aranda. Entrar a ese universo que significó la Biblioteca Popular Ricardo Rojas, donde descubrí libros impensados y maravillosos. Afectos y amigos que aún conservo y, cuando vuelvo al pueblo y me reencuentro con ellos con un mate o un café de por medio. Cuando digo que los recuerdos son extremos y diversos es porque al ser producto de un matrimonio separado en una sociedad, por lo menos en esa época, terriblemente prejuiciosa, donde el dolor de crecer allí, lo pude resignificar y la resiliencia me ayudó a convertir ese dolor en una escritura voraz.
– ¿Cuales fueron tus principales inspiraciones de joven?
Siempre me inspiró el grito voraz que me nace desde las entrañas, como una manifestación, como un eco que busca combatir las injusticias, la falta de memoria, los territorios del desamor y el amor en sí. Es una necesidad que aún tengo, que es la de visibilizar a todos los que son invisibilizados. Creo que cuando era joven no era consciente de esto, pero que latía ya en mi ganas de poder decir. Para mi la identidad y la memoria son esenciales desde siempre en mi escritura.
– En tiempos de mucha pantalla, ¿qué consejo le podes dar a los padres para que fomenten la lectura en sus hijos?
En estos tiempos de tanta pantalla, donde todos los niños y los adolescentes viven, respiran, sucumben ante las pantallas, mi consejo a los adultos es que dejen la negación y la comodidad de enchufar a los niños a las pantallas para que no molesten y así lograr mayor comodidad para ellos. Mi consejo es que se hagan cargo de su rol como padres. Que deberían buscar con ellos la lectura y las formas de la tecnología que ayudan a la literatura, que ensamblan la creatividad literaria con las destrezas tecnológicas, donde lo lúdico y el juego es parte esencial para involucrarse con nuestros niños y adolescentes. Hay que involucrarse, hay que ser parte. En ese acto hay que dar tiempo, porque en esos actos se transmiten valores
Es interesante en ese tiempo descubrir con ellos lo más nuevo en la literatura. Existen maravilloso nuevos escritores que podemos descubrir con ellos. Las estéticas cambian y ellos por supuesto tienen sus propios gustos. Debemos atrevernos a conocer junto a ellos.
– ¿Cómo influyó en tus escritos tu abuela Asunción Varela?
El papel de mi abuela Asunción Varela en mi escritura es esencial. Primero ella era una narradora oral extraordinaria. Mientras cocinaba contaba historias. Cuando iba a cumplir doce años ella que vivía en el campo, viajó hasta la capital de Tucumán, entró a una librería y le pidió al librero el mejor libro de cuentos y, le vendió «Cuentos de Amor, locura y Muerte» de Horacio y Quiroga. Ella me lo dio como regalo y me dijo: «Quiero que leas todo lo que yo no pude» porque ella no sabía leer. Eso me marcó. Ese mandato es quizás el más maravilloso regalo que me entregó Asunción Varela.

– Hablando sobre tu obra: en el cuento Alquimia, ¿qué tan importante es el “pastel de novios”?
Bueno, el » Pastel de Novios» es esencial y fundamental en el cuento «Alquimia» porque el texto mientras va transcurriendo el personaje principal lo está cocinando, y mientras los ingredientes van fluyendo lo hace la historia y aparecen los olores, sabores, colores. Y te cuento que es la receta de Asunción Varela.
– Por Alquimia ganaste el concurso “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina 2022”, que se realiza por noveno año en la ciudad de Miami, Estados Unidos. ¿Qué sensaciones te produjo esta condecoración?
Ganar con Alquimia el Concurso en la Categoría Internacional » Cuéntale tu Cuento a la Nota Latina» 2022 me produjo una suerte de sentimientos encontrados. Primero sorpresa, luego incredulidad, después negación. No podía creer que había ganado. Después fue un aprendizaje aprender a disfrutarlo, y también fue un abrazo, una caricia, un empujón que me ayudó a sentirme más seguro en este camino que elegí como lo es la escritura. Uno siempre, a pesar de no decirlo, busca y necesita la aprobación, la aceptación y el reconocimiento por el trabajo que uno ama hacer.
– Sabemos que no es el primer premio internacional que recibís, ¿podés contarnos sobre los otros?
Si el primer premio que obtuve fue en el año 1997 en un Certamen Internacional llamado “Nubla» donde recibí una mención especial, participaron más de 700 escritores latinoamericanos. Después, en el 2021 fui seleccionado para una Antología en Valencia, España. En el 2022 recibí en la misma semana el premio de La Nota Latina en Miami y justo una semana más tarde el 2º premio Internacional Viña Joven y el premio colateral Perez Serantes en Santiago de Cuba, entregado por la Fundación San Antonio de María Claret, ambos en poesía. También, en el 2022 fui seleccionado para una Antología de Epitafios para una publicación auspiciado por la Ciudad de Zaragoza. Lo extraño, es que antes nunca creí en los concursos
Si era reacio a participar, creo que fue por miedo a ser evaluado. Ahora me volví audaz. Ganar me fortaleció. Sigo teniendo miedo, pero ahora me atrevo.
– También fuiste reconocido por el Concejo Deliberante de la ciudad Histórica de San Miguel de Tucumán. ¿Cómo viviste ese momento?
Cuando me invitaron a ese acto me sentí halagado, porque no podía creer que me reconocerían ni más ni menos que el Honorable Consejo Deliberante de San Miguel de Tucumán, como persona destacada de la Cultura. A mí, que ni siquiera soy oriundo de allí. Soy tucumano pero de Aguilares. Fue una emoción absoluta. Se hizo en plena sesión y fue la primer orden de día y después el acto continuó en el auditorio San Miguel Arcángel que a pesar de que hacían 40 grados estaba lleno de gente que fue a verme, saludarme y acompañarme. Fue un gran halago y también asumí que puede ser posible que a veces uno de alguna forma «puede ser profeta en su tierra».

– ¿Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro “De sueños y azar”?
El proceso de escritura del libro «De Sueños y Azar» fue raro, mágico e iniciático. Todo fue a partir de haber tenido un sueño con la historia mítica del Ingenio Santa Ana, esa parte del libro, que es la primera parte, que se llama «Los Gritos del Mito». Allí en once relatos desde la ficción cuento la historia del mito del ingenio y su relación mítica con el familiar. De hecho, el familiar allí está viejo y olvidado, viviendo un poco perdido en los túneles del ingenio, como una suerte de analogía a un laberinto. El libro tiene cinco partes, en las otras partes también aparecen los miedos, la muerte y los sueños, desde una resignificación en el que habitan generales, accidentes y fábulas. El proceso de escritura fue una catarsis y un exorcismo dónde entregué todo lo hasta ese momento me torturaba. Lo escribí a los 19 años.
El libro tiene 18 años, puedo decir que es mayor de edad. Y es increíble la vigencia que tiene, ya que se usa mucho en las escuelas, y creo que su vigencia tiene que ver con el hecho que ese libro desde la ficción intenta recuperar y fortalecer la memoria.
– ¿Qué proyectos tenes planificados para el futuro en tu carrera?
Te cuento en lo que me depara este año: se reedita “De Sueños y Azar”, cambia la tapa y se edita en Portugués y en inglés. Se edita un nuevo libro llamado “Textos Enajenados” y sale en dos idiomas, castellano y portugués. Además, sale mi primer libro de poesías, siempre publiqué en antologías, nunca solo, se llama “Las Ciénagas”. Por otro lado en Octubre voy a Miami, porque fui invitado al concurso de la Nota Latina para ser jurado, entregar premios y dar un Taller sobre las esencias en la identidad cultural. Y claro otras cosas que vayan surgiendo.
– ¿Qué consejos o sugerencias le darías los jóvenes escritores o escritoras que están dando sus primeros pasos?
Los mejores consejos que puedo dar a los que están transitando ese camino, es que se atrevan, que lo intenten, que lean, que aprendan, que nunca se dejen menospreciar, que trabajen el texto, y cuando logren los primeros pasos y reconocimientos no se la crean, que domen al ego y que nunca olviden de donde vienen.
– Muchas gracias Daniel por tu tiempo y éxitos en todos los proyectos que vienen
¡Muchas a ustedes por el espacio!
El escritor muy generosamente nos anticipa, en exclusiva para El Reducto Cultural, el poema “Instantes” del libro Las Ciénagas y el cuento «Iris» del libro “Textos Enajenados”, próximos a editarse.
Instantes
Caminos…
Palabras…
…Otoños…
Café, siempre un café.
El reiterado regreso,
en las formas y en las pautas.
Recta…
Transferencia, transición, transa
…Forma y pauta, formas y pautas.
Boca…
Piel…
Causa…
Instantes…
Cambiemos las máscaras.
Del libro “Las Ciénagas”
Iris
La mirada del campesino descubre su ira. La iniquidad ha sembrado de muerte todo su horizonte. El campo antes lleno de maíz, ahora es una parte de la guerra. Mira con ira, su iris cambió, dejó de ser un manso espejo de ternura, para forjarse en ellos toda una avalancha de furia. La enajenación palpita por su piel, como una textura de acero. No acepta su mala fortuna. No acepta más sorpresas. No acepta el haberse transformado. No asume no ser más un hombre de paz que trabaja la tierra, para ser un soldado. Hay rasgos de locura o quizá de desesperación en su cara.
El día muere silencioso, teñido de rojos intensos. Las montañas que rodean el valle, van cubriendo sus cuerpos desnudos y casi desérticos, con el ropaje de las sombras. No hay luna, solo un sembradío pródigo de estrellas, que cubre la inmensidad del paisaje.
Mira, en su iris la luz ha muerto para dar lugar a la oscuridad, tal vez una tiniebla que es mucho más que la vastedad de la noche. Espera, hace un tiempo que espera. Un tiempo sin medida, que podría ser solo un instante, pero también una eternidad. Los tiempos de la espera son elásticos, acordes a las ganas.
La memoria vuelve por momentos, férrea, cálida, insistente; pero sólo sus ojos la muestran hacia adentro. En esa memoria se ve cosechando el maíz. Se ve rindiendo homenajes a la Madre Tierra; construyéndolos de oraciones y apachetas para dar las gracias. Se ve reflejado en la mirada de sus hijos, de sus vecinos, de su pueblo. Vuelve a la realidad. Ahora no es un hombre común, no es un simple campesino. Ahora es un hombre de armas. La memoria se detiene un momento en el rigor de su sexo en la mañana. Sonríe.
Ha dejado el arado, las semillas para tomar la lanza, para tomar la espada. El destino ha traído a los demonios. Son violentos, sin dignidad, devoran la carne y el alma de su pueblo. Ha visto toda su estirpe desvanecerse. Su iris es testigo mudo de cómo se han cortado las vidas de sus amigos, de sus vecinos, de sus hijos, de sus mujeres. Los gritos y los lamentos fueron silenciados por las espadas, que engullían carne y sangre.
Espera en silencio, los ruidos son amordazados, están latentes en su iris. Sus pupilas miran, pero también en ellas habita la ceguera del odio, quizá la misma que la de los invasores. Quiere pintar su rostro, para mostrarles a los Dioses que ha cambiado, que ahora es un guerrero. Piensa por un momento que quizás algún día se escriban mitos referentes a él, a su estirpe, pero presiente que esos mitos llenos de riqueza, no valdrán nada, porque él y los suyos, ya estarán muertos.
Quizás el sembradío espera otra cosecha ahora, una hecha de huesos y de gritos, una de muertes y de conquistas. Quizás él ahora sea parte de esa cosecha. Su iris lo proclama cuando la lanza del enemigo subyuga su pecho.
Del libro Textos Enajenados