Nito Mestre, uno de los intérpretes más importantes del Rock Nacional, se presentará el próximo jueves 21 de Julio a partir de las 22 hs. en el Teatro Mercedes Sosa con un recital sinfónico en una velada que promete ser inolvidable.
En el marco de esta nueva gira que lo lleva por los escenarios del país, Mestre presentará su nuevo show titulado “Mi Vida en Canciones” donde recorrerá toda su historia musical con una lista de temas que incluyen los éxitos de sus 11 discos solista y los clásicos de Sui Generis en clave sinfónica.
Desde El Reducto Cultural tuvimos el gusto de conversar con el cantante a solas en la previa del recital y aprovechamos para preguntarle sobre su pasado, su presente y el futuro:
– ¿Cómo se preparan para el recital sinfónico? ¿Qué relación tenés con los sonidos sinfónicos? ¿Vas a ver orquestas en vivo?
El show sinfónico lo empezamos a hacer espaciadamente en 2007. A través de los años se hizo cuatro o cinco veces, nunca en Buenos Aires, solamente en San Juan, Mendoza y Bahía Blanca, y también en Perú. Tenemos por suerte los arreglos hechos por Alberto Velazco, un gran arreglador. Con el tiempo el concierto va mejorando. Lo tenemos más fresco ahora porque lo hicimos la última vez en Neuquén, a principios de abril.
Eso hizo que reconsideráramos la posibilidad de hacerlo este año junto a un grupo de canciones que no son con orquesta y pertenecen al show “Mi vida en canciones”. Entonces todo eso se junta y es lo que venimos a ofrecer. Estamos preparados tipo “boy scouts”, o sea, siempre listos para tocar. Venimos actuando sin orquesta pero lo de hacerlo con ella lo tenemos muy presente. Por supuesto, hacemos ensayos previos con la orquesta, sobre todo para ensamblar los arreglos y que no haya nada extraño en caso de que alguien interprete algo distinto (risas), pero de eso se encarga el director. Ensayamos los temas con orquesta, unos trece o catorce, y el resto ya lo tenemos muy ensayado. Estamos preparados y tranquilos.
Sí, suelo ir a escuchar orquestas. La última vez fue una serie de obras, no todas sinfónicas, en el CCK (Centro Cultural Kirchner), con el director de la orquesta de Neuquén. He ido obviamente al Teatro Colón, pero no es lo único que hago, voy a ver y escuchar de todo. Estuve en un concierto de Abel Pintos en el Teatro Opera y a él lo conozco desde chico. Ahora, después de la pandemia, todo el mundo esta saliendo a todos lados, por suerte.
– ¿Cómo te llevas con el streaming? ¿Cómo sentiste la virtualidad y la ausencia del público?
Hice dos conciertos míos y uno como invitado de Sandra Mihanovich. Es muy raro. En realidad es como ir a un estudio de televisión sin público; es lo mismo. La diferencia, y lo ideal, era cuando uno iba al programa de (Juan Alberto) Badia, de cuyo fallecimiento justamente hoy están cumpliéndose 10 años. En el programa de él había público, aunque estabas tocando en televisión.
He visto varios streaming, algunos con súper producciones de luces, sonido, esto y lo otro, y es lo mismo que ir a un programa de televisión dónde pones más luces y pantallas, y no hay publico. Entonces tenés que imaginarte que el público está del otro lado. No soy muy afecto e ir a programas de televisión, sobre todo a tocar. Para hacer otras cosas, como hablar, está todo bien, o tocar un par de temas; pero hacer un recital entero por televisión, te dormís.
– En especial vos, que sos un gran relator de historias.
Eso lo tenemos incluido un poco en el show. Ahora tenemos una nueva integrante en la banda, Julia Horton, que toca guitarra y canta. Entonces hemos retomado cierta cantidad de canciones que no interpretábamos desde hace muchísimo tiempo y hemos arreglado otras canciones para tres voces. Todo ayuda enormemente para que el show sea mucho más amable. Lo de contar historias salió porque hace tiempo, dos o tres años -aclaro que no cuento los años de pandemia, así que fueron cuatro o cinco años-, empecé a hacer unas recorridas por provincias, incluso por Chile, Perú y Colombia, con una cosa que se llamaba “Abecedario Rock”, conducido por mi amigo Mariano Irigoyen, artista y abogado, y yo contaba ciertas historias de mi vida. Digamos que cuando empezamos a armar este show me dije: “bueno, voy a colar algunas cositas como cuando íbamos a mostrarnos para que nos contraten”. Hay algunas anécdotas graciosas y divertidas. Las voy sacando de la galera y no tengo un esquema firme. Es muy análogo, se me ocurre y lo digo, no voy repitiendo lo mismo en cada presentación. Aunque parezca mentira, tenés mucha gente arriba del escenario y se convierte todo en una gran familia, porque les cuento cosas. Después hablo con la gente y sigo con el show sinfónico, en formato acústico, y después algo más fuerte. Es muy divertido y muy amable el show. La gente se quedó chocha y nosotros nos divertimos, creo que esa es la base de todo. Cuando te divertís arriba del escenario y la estás pasando bien, la gente también la pasa súper bien.

– ¿Podés contarnos cuando se fueron a probar en los comienzos de Sui Generis y el encargado de limpieza de una discográfica los contrató?
Te la cuento brevemente así no la quemamos, porque también la puedo contar en el concierto. Entramos a probarnos (con Charly) y el que nos hizo la prueba era un encargado de limpieza y nos tomó el pelo directamente cuando nos contrató. Fue una de las tantas cosas que nos pasaron. No solo hablo de eso sino de cuándo nació un tema y cuándo lo grabamos. Voy recordando historias porque las tengo presentes, más cuando empiezo a cantar algún tema que te retrotrae a qué andaba pasando en esa época, con quién estaba, con quién lo grabé o qué ocurría en el país. Es como una conversación mezclada con concierto sinfónico, un poco y un poco.
– Te voy a trasladar una pregunta de un amigo (Ernesto Klass) que es músico. ¿Cuántos acordes tiene la canción “Enero va”?
¡Oh, no me acuerdo! Ese tema casualmente nació de la juntada de dos o tres temas. No fue uno solo, sino que hice una parte y quedó dando vueltas por ahí. Al tiempo salió otra parte que me gustó y me acordé de la primera parte y cuajaba perfecto, modulaba. Después me acordé de un pedacito más, por lo tanto no es un tema que nació para ser un tema sino para ser casi tres temas que combinaron en el tiempo. Todo esto no se produjo en una semana sino que pasaron meses. Lo habré empezado a hacer en el 80` cuando me compré un teclado que tenía un loop, lo empecé a programar y en base a eso salió una de las partes. Otra la hice con guitarra acústica, una cosa no tenia nada que ver con la otra pero quedó bien. Después lo empecé a programar con Alfredito Toth (Los Gatos y Los desconocidos de siempre, entre otras); le dije “veníte a casa porque me hace falta poner algo”. Era un pequeño arreglito de guitarra que puso, me encantó y me dio pie para que se terminara armando la canción.
– ¿Qué significa Paul Mc Cartney en tu vida? Sabemos que tocaste en la previa del concierto de 1993 en Argentina.
¡Maravilloso lo de Paul! ¿Qué querés que te diga? Primero que todo, me crié con Los Beatles y dentro de ellos, mi favorito por algún motivo era Paul por ciertas características; una de ellas, por la forma de cantar, supongo. Me prometí cuando era chico tratar de conocerlo y tuve la suerte de tocar antes de él durante tres días cuando vino la primera vez a la Argentina. Estaba más que feliz y contento, porque estaba frente a mi ídolo cantando con él y realmente fue delicioso, absolutamente placentero.
Ahora cumplió 80 años y siempre digo que a la edad que él se retire yo voy a estar pensando en hacerlo también, a esa misma edad en que él lo haga, no antes.
– Parafraseando a Luis Alberto Spinetta, ¿Cuando fue la última vez que “el arte te atacó”?
Ahora estoy grabando un disco nuevo, empecé hace un mes. Estoy trabajando con Sebastián Schon (socio de Cachorro López) y también con Marcelo Predacino (guitarrista de Abel Pintos). Después de estar encerrado en tu casa por la pandemia, salís y mostrás a otros los temas, recién ahí sabés para qué lado funciona (la canción); puede ser una reverenda porquería o puede ser que esté bárbaro. Me di cuenta de que no era una reverenda porquería (risas) sino que estaba muy bien; sobre todo, lo que estoy haciendo es actual y me alegra, porque uno se va reformulando qué es lo que tiene que hacer en materia de sonido y de armado de temas. Siempre siendo yo, porque tengo una voz particular y tengo un estilo, y dentro de ese estilo se abrió eso y ahí hubo un despertar, porque fue volver a escucharse grabando en un estudio y escuchar que está sonando y decir: “Qué lindo que está saliendo, está bueno”. ¿Estamos bien encaminados?, es una pregunta que uno siempre se hace. El otro día lo escuchaba a (Juan José) Campanella hablando de cine y decía que a veces estaba filmando algo y le parecía que estaba saliendo maravilloso. Pero eso no lo sabe con certeza hasta que viene otro y le dice que está lindo. A veces te preguntás y te contestás vos solo, y en una de esas te querés mucho y es una porquería, te perdonas todo (risas).
– ¿Ya le pusiste nombre al disco?
No. ¿Sabés qué pasa?, ahora los discos no salen como “discos”. Estamos grabando pero vamos empezar a sacar la primera canción en noviembre, y en otro mes, otro tema. Porque es así como están ahora las cosas. No voy a cometer el error de esperar hasta el año que viene de subir el disco entero porque se empiezan a escuchar de a una las canciones. Me voy a plegar a lo que también me va pasando con otros artistas de afuera, a los que he venido escuchando hasta que me acostumbré.
Por ejemplo, el único integrante vivo de Los Bee Gees, Barry Gibb, es el más compositor de los tres y estuvo grabando un disco muy divertido y lindo; grababa y filmaba y todos los meses era como que tenía una novedad. Visto desde ese punto, estaba bueno andar disfrutando uno o dos temas, a lo sumo.
Pero estoy muy bien, también, haciendo el programa de televisión.
– Contanos sobre esa experiencia en tevé
Es un programa que estamos haciendo con mi mujer desde hace un año. Se llama “Rock and Road” y está en youtube. La primera emisión fue con Juanse y seguimos grabando varios programas todas las semanas. Este domingo grabamos con León Gieco y hemos hecho un montón de cosas acá y en el extranjero. Eso me mantiene muy ocupado conociendo variedades de autos, lugares a los que no había ido y haciendo cosas distintas como andar en globo aerostático. Estoy haciendo un poco de todo.
– No te imaginaba apasionado por los autos
Me gusta manejar, cuando voy de gira a lugares distantes a 600 o 700 kilómetros voy en el auto. Me gusta manejar escuchando música. Manejar y tener una conversación con alguien me resulta divertido. Después vienen todos los anexos, el lugar donde uno se baja del auto y los sitios a los que va. Como digo en el programa, cuando dos amigos se juntan todo puede pasar. Entonces no es solamente el auto, que termina siendo una excusa para andar de acá para allá y mantener una conversación con el invitado, los dos solos. Nadie está escuchando y hablamos de lo que queremos.
– Muchas gracias por tu tiempo, Nito. Vamos a ir a escucharte al Teatro Mercedes Sosa el próximo 21 de Julio.
¡Mil gracias! Es un placer volver a Tucumán, nosotros habíamos ido en el año 2020 con Silvina Garré, para promocionar un show que quedó trunco, no sé que pasó en el medio y ahora vengo con esto que es como la revancha. Aparte cumplo 50 años de carrera y el 3 de agosto estoy cumpliendo 70 años de vida, así que hay “gran festejo gran”.