Una comedia romántica sobre el amor, el desamor y las segundas oportunidades
La cita está prevista para este sábado 9 de Agosto, a las 21:30 h, en Espacio Cultural La Paloma (Santiago 1352).
Se despide del 2025 de la escena teatral tucuman una propuesta que combina humor, emoción y una aguda mirada sobre las relaciones de pareja: Los trapos sucios de Adán y Eva, de Darío Basualdo.
Tras su paso por Yerba Buena, Concepción, San Miguel de Tucumán, Simoca y Lules, la obra regresa a la capital con una novedad: el reestreno 2025 marcó la incorporación de Alberto Fortini al elenco, quien reemplaza a Mauro Yriñis.
Protagonizada por Silvia Gianfrancisco y Alberto Fortini, esta divertida comedia romántica invita a reflexionar desde el humor sobre los vínculos duraderos, el desgaste de los años, las terapias de pareja y las formas, a veces insólitas, que encontramos para sanar.
¿Vale la pena seguir luchando por el amor cuando parece agotado? ¿El amor lo puede todo?
Estas preguntas atraviesan la historia de Adán y Eva, un matrimonio en crisis que decide subirse al escenario para contar su historia frente a un público desconocido. Cansados de intentarlo todo, recurren al teatro como última terapia: revivir su relación desde sus comienzos, las presiones familiares, la llegada de una hija, las pequeñas alegrías, las grandes decepciones… y los conflictos que aún hoy los dividen.
El texto de Basualdo propone una suerte de juicio escénico, donde los espectadores se convierten en testigos —y jueces— del destino de esta pareja que expone sus intimidades sin filtro. Detrás de los nombres míticos de Adán y Eva, se esconden hombres y mujeres reales, con historias que podrían ser las de cualquiera.
Una historia universal, actual y profundamente humana, que hará reír, emocionar y pensar.
La obra fue recientemente nominada a los Premios ARTEA 2024 en dos categorías: Mejor Banda Sonora y Mejor Actriz Protagónica en Comedia para Silvia Gianfrancisco.
Ficha técnica
Actúan Silvia Gianfrancisco y Alberto Fortini, sobre Texto de Darío Basualdo. Realización escenográfica: Claudio Gigena. Diseño escenográfico y banda sonora; Dirección general y puesta en escena: Benjamín Tannuré Godward
«Una comedia para reírnos de nosotros mismos, justo cuando más lo necesitamos»