Soema Montenegro: “A través de mi voz fui teniendo conciencia del paisaje que me rodeaba”

La cantante y compositora bonaerense llega a nuestra provincia y se presentará esta noche, en un show íntimo, a partir de las 20 hs. en Citá Abasto de Cultura (Lamadrid 1457).

Soema Montenegro es cantante y compositora experimental que mezcla los sonidos y las imágenes de los paisajes de la selva y la montaña con su original poesía, creando una nueva y única voz en la escena musical actual de Sudamérica.

Con cuatro discos en su haber, a menudo se refieren a ella como una poeta-chamana, Soema encuentra inspiración de las tradiciones indígenas y la naturaleza.

Su encantadora narrativa teatral y emotiva trasciende el lenguaje y transporta a los oyentes. Ha recibido elogios de la crítica de audiencias internacionales en todo el mundo.

El Reducto Cultural dialogó con Soema días antes del show y conversamos sobre sus orígenes, su voz, la maternidad, El Mollar y la música:

– ¿Cómo  te  estás preparando para  el show del domingo en Citá? ¿Qué sentís al volver a nuestra provincia?

Siempre me pone muy contenta venir a Tucumán, compartir la música con el público tucumano. Me encanta esta ciudad, esta provincia, su paisaje, su gente, su comida y siempre me siento muy a gusto. De hecho hace muchos años que vengo, más de quince, en diferentes situaciones de trabajo. Me convoca este espacio así que, me estoy preparando con mucho cariño y con mucho amor el repertorio más solista. Estoy compartiendo música de mi nuevo trabajo, mi nuevo disco que va a empezar a grabarse en octubre-noviembre. Así que vengo con música nueva.

– Tu voz nos traslada a varios paisajes argentinos y latinoamericanos, como ser la selva, el monte, la montaña. ¿Cómo lograste darle esa identidad?

 El trabajo con la voz creo que fue siempre muy introspectivo, la voz me fue llevando a esos lugares. A través de la voz fui teniendo conciencia del paisaje que me rodeaba, comencé a trabajar la voz a los 18 años de un modo más consciente y ese sumergirme en el trabajo, en la investigación, un trabajo introspectivo, somático, me fue trayendo la conciencia de que mi voz también vibraba esos paisajes y que me hace muy bien hacerlo. Una especie de búsqueda que me fue llevando hacia esos lugares. Creo que también tiene relación con una identidad que fue aflorando a través de esta búsqueda desde el cuerpo, desde el movimiento, desde el sonido. Tiene que ver con mis ancestros que son guaraníes, que vienen del monte, de la selva y que nuestras culturas originarias han viajado por todo el continente. La montaña, la selva, el río, todo está conectado y no está dividido políticamente como el mapa sino que todo el paisaje y su gente se movió mucho y la voz se tiñe inevitablemente de todo esto.

– ¿Cuáles son tus principales influencias musicales?

Cuando pienso en las influencias musicales es medio difícil porque me siento muy multiespacial, multicultural y multimusical. Mi influencia en la música es la que me conmueve y pueden ser músicas muy diversas en ese sentido. Me conmueve el paisaje, me conmueven los compositores y las compositoras. Me conmueve la crudeza sonora, me conmueve esa manera y esa forma de ser muy auténtico y muy crudo. Venía pensando en Hermeto Pascoal, en Mercedes Sosa con su voz y su presencia imponente, se me vienen a la mente también los cantos de las músicas ancestrales, las copleras, los cantos mapuches, las voces yaganas, todas esas músicas que se producen desde un sentir muy profundo y que remiten a una historia y una cosmovisión del mundo muy particular que tiene que ver con su territorio, con el paisaje, con un mensaje que es siempre espiritual y a la vez es muy cotidiano. Eso me conmueve y me influencia por eso digo no puedo decir exactamente uno porque hay músicas que son increíbles y de todo el mundo.

– ¿Cómo es el proceso de composición de tus canciones?

El proceso de composición es muy diverso. En general escribo mucha poesía, escribo mucho texto y después comienza a llegar la música comienza a llegarme la melodía, a veces no. A veces aparece una melodía que no puedo parar de cantar y  empiezo a descifrar cual es su texto y ahí comienza ese viaje de hacer la música  y escribir  también un texto, en el caso de una canción. Hace mucho igual que no escribo música  exclusivamente instrumental o no hago trabajo vocal exclusivamente. Después, a todo eso lo vamos trabajando con la banda y comenzamos a experimentar con la instrumentación, empezamos a experimentar con la forma. Siempre hay un momento de hablar un montón para poder entender cual es el mundo en  el que se mueve esa música y poder trasladarlo a la forma y la composición.

– ¿Que quedo en vos de esa niña que empezó a cantar?

¡ Qué linda esa pregunta !, Creo que me quedó el amor por el sonido, el entusiasmo, el placer, la diversión y el juego de cantar. Eso es algo que agradezco que siga estando y por eso también me encanta compartir el concierto, subirme a un escenario y compartir ese espacio único de juego y de ritual. El juego siempre es un ritual, si uno ve a las niñas y a los niños jugando es otra dimensión que se abre cuando uno juega y se entrega a esa dimensión de juego. Es sin duda eso para mí, me hace muy feliz y me re vitaliza.

 – ¿Cómo te sensibilizó y como vivís la maternidad?, ¿Influencio en tu manera de componer y de hacer música? 

La maternidad en relación al canto, a la música o a mi ser compositora siempre estuvo muy conectada: yo canté estando embarazada de mi hija Maru hasta los siete meses y mi compañero fue el me puso el límite y tenía razón, porque ya necesitaba realmente retirarme para que ella pudiera llegar a esta tierra. Después en todo ese proceso y sigue siendo, porque mi hija tiene siete años, me gusta mucho poder compartirlo con ella. Mi camino es el de la música y es mi camino como compositora también, me encanta poder estar con ella y que ella pueda compartir este espacio de la escena, empezamos a probar de que ella cante, comparta y que preparemos algo. Eso está siendo muy lindo y me hace sentir bien, es la tarea de la mama, el papa y ella también puede compartirlo, estar con nosotros en este espacio familiar de la música.

-¿Cómo descubriste la Caja?, ¿Qué significado tiene para vos?

 La caja es “el instrumento» realmente. Amo la caja, amo el canto con caja y amo cantar con la caja. La caja llegó porque en las clases que yo tenía de composición un profesor nos trajo una vez obra electro acústica y era una obra en la que estaba Leda (Valladares) de invitada y escuché por primera vez esa voz, ese tipo de canto. Yo ya había escuchado música ancestrales porque era estudiante de composición, tenía 19 o 20 años y fue como que me conmovió y me llamó, algo me pasó en ese momento. Ahí empecé a investigar a escuchar algunas grabaciones en ese tiempo de copleras, me encantó, sentí que yo no podía cantar coplas porque yo no era   del norte (NOA) sino que mi familia es del litoral  como una cosa muy del territorio pero también por supuesto por el respeto. En ese tiempo hice un curso que se estaba dando de canto con caja y estuvo bien pero yo sentía  que había algo mas que es eso que no se puede transmitir en un curso inevitablemente, que tiene  que ver con el espíritu de la música porque las músicas ancestrales están en relación con un territorio, con una cosmovisión, con una forma  de vivir. Me vine para Tucumán y una conocida de ese momento me invitó a El Mollar y fuimos para ese lado y nos pusimos a cantar. Fue muy lindo porque ella ya venía trabajando con sus compañeras, tenía amigas copleras, su mama era coplera y acá en Tucumán yo empecé a cantar con la caja y creo comencé ese viaje del canto con caja que me acompaña hasta hoy y que es muy especial porque también me ha llevado la vida a estar trabajando en un grupo de investigación, un grupo de musicología, en Barranca Larga en Catamarca en un museo rural  comunitario. Estamos trabajando con la comunidad Diaguita Calchaquí de allí y estamos trabajando con el canto con caja con la comunidad, con los abuelos, con los niños y con la escuela. Siempre ese camino del canto con caja me está llamando y me encanta que así sea,    amo cantar con caja.

– ¿Que recuerdo te traen las mujeres tucumanas?

Las mujeres tucumanas a mí me traen el poder, la fuerza, esa conexión con la altura, la montaña, con esta tierra, me encanta. Son una gran inspiración para mí mis compañeras músicas de aquí de Tucumán y me pone muy feliz también de que me abran los brazos y me reciban. ¡ Estoy muy contenta, muchas gracias!

– Muchas gracias a vos, Soema.

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